viernes, 20 de marzo de 2015

Encadenada al pasado

¿Somos esclavos del pasado o somos nosotros mismos los que nos encadenamos a él y tiramos las llaves que nos liberarían de él lejos de nuestro alcance?

Ahora todo me parece mentira. 
La ansiedad, el miedo, el deseo de desaparecer. La claustrofobia incluso en los espacios más abiertos, la fuerza que me impulsaba a herir a todo aquel que se acercaba a mi o simplemente a las personas rodeadas de felicidad. La desgana que podía con todo, las pesadillas, los terrores. Y el dolor... ese dolor tan profundo, tan desgarrador. Ese dolor que te rompe por dentro y te hace añicos.
Ahora ya no sé si la situación me encarceló o si fui yo la que me quedé anclada a ella, alimentándome de su propio dolor, envolviéndome en él. Como si yo no tuviera bastante. 
Últimamente no escribo como antes. Puede que poco a poco todo ese dolor fuese saliendo de entre mis dedos, y los resquicios que quedan no sean suficientes.
Pero a ti... Desde que descubrí que podía escribirte sin morir por dentro, me sorprendo a menudo haciéndolo.  
Puede que lo que tengo que decir no te guste. Es un descubrimiento que he realizado hace poco: tú me ataste a él. Y al dolor que necesitaba para sentirme viva. No te culpo, no te confundas. Pero ya no quiero eso, nunca más lo querré.
Ahora he encontrado las llaves a las cadenas que yo misma nos puse. Te dejo marchar, aunque siempre te quedes cerca de mí. Por fin soy capaz de liberarte de mis propias cadenas. 
Soy libre.

2 comentarios:

  1. Cuando la tormenta pasa, todo nos parece un poco irreal. Quizá porqué hemos estado tanto tiempo dentro de ella que cuando salimos ya nada es como lo recordamos, es como sí ya no perteneciésemos a ningún sitio, como si tuviésemos que encontrarnos por otros caminos nuevos. Los que dejamos atrás también nos abandonaron, como tantas otras cosas. Pero puedo hacer un recordatorio de tus entradas pasadas, de tu desesperación, de tu infelicidad. Entonces supe que a pesar de lo rota que estabas , aún querías salvarte, de ti y de tus temores, de ti y de la soledad. Sabes cold que soy una fanática del pasado, no puedo dejarlo atrás por mucho que reniegue de el, porque siempre término comparándolo con el presente y término echando de menos todo lo que se fue y nunca fue mío, supongo que puede pasarte algo parecido. Y entonces cold, cuando te veías más insignificante supe que podrías recuperarte porque ya lo habías hecho más veces, quizá no con la misma urgencia, pero te había visto librar batallas y ganarlas incluso las que no llegaban a producirse. Sólo se que entonces te entendía porque nuestros pasados convergen por sus semejanzas, y quizá ahora sepa entender parte de tus vacíos aunque los míos no sean ni tan intensos ni tan desesperantes.

    Me siento muy orgullosa de ver en lo que te has convertido, en una persona fuerte, segura de ti misma, porque has vuelto a ser tu de otra manera diferente, porque se que ahora eres más fuerte. Se qué lo lograrías, como lo logras todo.

    Gracias Cold, sólo puedo decirte que estos días , como entonces, te necesito más que de costumbre.

    Te quiero y mucho :) tu eso ya lo sabes.

    ResponderEliminar
  2. Todos necesitamos un tiempo para coger fuerzas y emerger a la superficie, sin darnos cuenta de que volvemos con muchísima más fuerza que antes.

    Y tienes mucho valor al admitir, y al darte cuenta que ya no necesitas de su dolor para sentirte viva. Eso es que estás saliendo del abismo. Y desde luego es mucho más sano.

    Besos

    ResponderEliminar