lunes, 30 de marzo de 2015

Dejarnos de querer nunca fue tan fácil

Nos dejamos de querer.
Lentamente. Sin avisar. La mañana de un lunes cualquiera.
Como los protagonistas de esa película que nunca se quisieron del todo. Como si hubiésemos sido una historia que desde el principio estaba condenada al fracaso.
Nos dejamos de querer mucho antes de dejarnos marchar. Abandonándonos a la suerte de cada uno. Compitiendo por ver quién se agarraba con más fuerza a la oscuridad de su alma.
No fue a la vez, eso hubiese dolido menos. Tú empezaste primero, haciéndome invisible a tus ojos y haciendo uso de tu libertad, y de la mía.
Obligándome a querernos por los dos mientras nuestros latidos perdían ritmo y se separaban cada vez más. Intentando querer a alguien que se esforzaba en recordarme que nuestras palpitaciones ya nunca sonarían en la misma frecuencia. Porque yo me estaba muriendo y tú ni siquiera te diste cuenta.
Intentaste querer la realidad que existía dentro de la fantasía de la que creías estar enamorado. Pero nunca pudiste hacerlo. Empezaste a dejar de quererme mucho antes de empezar si quiera a enamorarte.
Y un día me cansé. De intentar querer algo en lo que ni siquiera ya creía. De morir por dentro y seguir pintándome una sonrisa a la hora de verte. De engañarme y engañarte.
Ya no te quería. Hacía mucho que había dejado de hacerlo. 
Quizá desde el mismo momento en el que me pregunté si lo hacía de verdad.
O desde aquel en el que me abandonaste al borde de la locura más absoluta.
Quizá desde siempre. O desde nunca.
Te dejé de querer.
Para siempre.
Como si realmente nunca te hubiese querido.

3 comentarios:

  1. Siento que a veces se quiere por rutina. Te acostumbrar a querer a alguien como si fuese algo normal, algo que no se piensa y que lamentablemente a veces, se deja de sentir. Y si quieres sin sentir, entonces hay un problema.

    Me encanta lo que has escrito. Me encanta porque siento que a la vez que puede parecer triste es hermoso como eres capaz de escribir de algo tan doloroso sin romperte. La mayoría de la gente se rompería al oir tu historia, y no digamos al sentirla. Eres valiente por ser capaz de recordarla y por ser capaz de escribir de ella así.

    Me has dejado un poco fuera de lugar. Porque una parte de mí siente que quizá también tengo un poco de eso de lo que hablas. Siento que cada vez que pasa el tiempo es como si nada hubiese pasado, como si nada hubiese ocurrido y sin embargo tengo la sensación de que me vacío a medida que van pasando los días, porque me doy cuenta de que posiblemente sigo anclada en esa noche y no soy capaz de ver que ya es de día y que me ha pillado desprevenida. Y me da miedo no ser capaz de aceptar que no es él mi persona que es otra a la que todavía no conozco. Yo quiero que sea él, pero nunca sabemos si elegimos de manera adecuada, porque un día nos cansamos y nos dejamos perder. También a nosotras. Como siempre.

    Pero este va a ser uno de mis textos favoritos. Porque tiene fuerza, y porque siento que me inspira para avanzar, para aceptar y para volver a construirme. Quiero que nunca nunca dejes de escribir, aunque te tires años sin hacerlo quiero que siempre sigas escribiendo, que en momentos como este expreses a través de las palabras todo lo que has sentido y lo que no. Porque se que si tú lo haces yo también podré seguir haciéndolo. Y yo necesito este espacio ahora y necesito compartirlo contigo.

    Te quiero muchisimo Cold :) es estupendo leerte así

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  2. Es triste ver como se muere algo que fue mágico... pero más triste es verlo desde dentro, en primera persona. Tirar de un carro que hace ya tiempo se estrelló, intentar curar unas heridas del que ya abandonó ese cuerpo.
    Es jodido buscar unas manos, una mirada, una sonrisa que reanime y sólo encontrar el recuerdo de lo que fue y la esperanza de todos esos "pudo ser".

    Es de las mejores cosas que he leído por aquí. Creo que das de lleno con todo. Que no se te escapa nada, plasmas hasta el más triste detalle.

    PD: Pienso quedarme por aquí para no dejar de leerte. Un placer descubrirte! Un beso muy muy fuerte ^^

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  3. Te leo y (tristemente) me siento identificada. En el momento en el que te planteas si quieres a alguien o no, es cuando ese sentimiento ha desaparecido. Y cuando una idea se te mete en la cabeza, no hay quien la saque de ahí, ni siquiera tú misma, porque sabes lo que hay, has mirado a la verdad a los ojos, y por mucho que quieras apartar la vista, tarde o temprano te empujará a dar el paso definitivo.

    Besos

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